Reconstruir la institucionalidad perdida y abrir las puertas hacia el futuro pasa por el rescate de los edificios públicos destruidos. Henrique Capriles acaba de devolverle a Los Teques, nuestra capital el edificio de Gobierno del Estado Bolivariano de Miranda y que ya en la calle la gente le llama «Casa de Gobierno».
El edificio de imagen neoclásica definido por dos cuerpos alargados conforma la Plaza Bolívar en sus bordes Oeste y Sur. Fue construido en 1928 durante la administración de José R. Luque para alojar la recién creada Gobernación del estado Miranda en Los Teques como su nueva capital.
Cuando se inicia la actual gestión de gobierno en Miranda encontramos que el edificio, había sido abandonado y estaba en estado de ruina. Además de los cambios e intervenciones que sufrió a lo largo de su vida útil, había sufrido una fuerte explosión en 2007 que había destruido el 30 por ciento del cuerpo oeste de la edificación y había dañado severamente otras partes del conjunto.
Así que en Miranda no solo encontramos un gobierno desmantelado en su institucionalidad, con archivos desaparecidos, bienes incompletos, sino también físicamente en ruinas.
Es difícil de creer, parece de otro país o una historia de ciencia-ficción, pero aunque ustedes no lo crean, «alguien» colocó unos explosivos y en consecuencia todo se hallaba en ruinas.
Decimos que «alguien» porque nunca se supo quién lo hizo. La «investigación» no arrojó resultados; los culpables no fueron castigados.
La conclusión es muy sencilla. Un edificio catalogado como patrimonio cultural de nuestra nación había sido destruido y abandonado en el gobierno del hoy diputado Diosdado Cabello, quien ignoró además las recomendaciones que en su momento realizara el Instituto de Patrimonio Cultural para que las ruinas del edificio no continuaran su deterioro.
Y solo para hacer más increíble la historia, miembros del anterior gobierno, que hoy son autoridad en la ciudad, formaron parte de una coalición de fuerzas, afortunadamente vencidas que trataron de impedir su recuperación.
En resumen, no solo no hicieron lo que era su obligación como gobernantes, mirandinos, ciudadanos, tequeños, sino que además trataron de impedir por todos los medios, judiciales, administrativos, comunicacionales, legislativos y policiales la ejecución de las obras de restauración. Hasta un camión de concreto fue una vez secuestrado en el nombre de la «ley».

Afortunadamente de nuevo, el bien triunfa sobre el mal y a partir de ahora, el edificio sede del Gobierno Bolivariano de Miranda en nuestra capital luce un renovado aspecto, tras haber sido restaurado y recuperado por nuestro gobernador Henrique Capriles Radonski, quien siguiendo el proyecto del arquitecto Edwing Otero y un conjunto de profesionales de otras disciplinas como la historia, la arqueología, la patología de edificaciones, la ingeniería y el arte, entregaron de nuevo a Los Teques, su Casa de Gobierno. Rescatando no solo la edificación, sino la dignidad de la capital de nuestro estado. Estamos de nuevo en la Plaza Bolívar. Estamos de nuevo muy cerca de nuestro pueblo, cerca de la gente que más lo necesita y con la presencia de permanente de autoridades y funcionarios de gobierno que promoverán un círculo virtuoso de revalorización y revitalización de nuestro centro histórico.

No puedo ocultar la inmensa alegría que siento al decir que formo parte de un equipo que le devuelve a Los Teques su edificio de Gobierno y que es un honor como mirandina ser secretaria de gobierno de mi Estado despachando desde la mismísima Plaza Bolívar de Los Teques.
No pudieron y más nunca podrán impedir que Miranda progrese, que nuestro pueblo se siga uniendo y en paz siga avanzando hacia un futuro de progreso. ¡Arriba Los Teques! ¡Arriba Miranda! ¡Arriba Venezuela!
PD: Artículo publicado en El Universal el 23 de octubre de 2011