Este gobierno, que por años ha atropellado a nuestro pueblo y saqueado a nuestro país valiéndose del control de las instituciones y recurriendo a subterfugios legales, terminó de quitarse la careta y expuso sin recato, a los venezolanos y al mundo entero, su talante antidemocrático.
Nadie en nuestra Venezuela y el mundo puede decir, apegado a la razón, a los hechos, públicos y notorios de los últimos días, que el de Maduro y su cúpula es un gobierno democrático, cuando se perpetró un golpe a la Constitución, al revocatorio y a nuestro pueblo.
Los venezolanos vivimos horas cruciales. El momento nos obliga, a pueblo y dirigencia, a mantenernos más unidos que nunca y seguir caminando con paso firme por la restitución del hilo constitucional.
No se trata solamente de la unidad de los partidos políticos sino de todos los venezolanos. Los partidos son instrumento para el cambio, pero la fuerza la tienen los ciudadanos, ese 80% del país que quiere cambio.
Los venezolanos no estamos en desobediencia, es Maduro quien se salió de la Constitución y el artículo 333 de nuestra Carga Magna nos empodera para restituir el hilo constitucional cuando este se rompe. “Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.
La Mesa de la Unidad, en su rol de conducción ha definido una ruta que pasa por varios tableros que tienen en común el apego a la Constitución y que buscan que el Ejecutivo nacional recapacite y respete el derecho de los venezolanos a hablar a través del voto.
Desde la Asamblea Nacional, los diputados, que fuimos electos por el voto de la mayoría de los venezolanos, en unos comicios en los que participaron 14 millones de personas, tenemos el compromiso de garantizar a nuestro pueblo el ejercicio de sus derechos. Para salir de la peor crisis de nuestra historia debemos responsabilizar a los culpables y el juicio político es un acto de ejercicio de la soberanía popular. Por eso en este momento histórico de nuestra Venezuela, nos encontramos en proceso de determinar la responsabilidad política y el abandono del cargo de Nicolás Maduro, quien no cumple con sus obligaciones y ha llevado al pueblo a la peor situación de pobreza, hambre, salud e inseguridad que hayamos vivido.
Esta semana representantes de las fuerzas vivas de nuestro país, en representación de todos los venezolanos que somos víctimas de este mal gobierno, tuvieron una participación protagónica en la plenaria de la Asamblea Nacional. Con valentía y contundencia madres, estudiantes y trabajadores dieron testimonio de la realidad que vivimos los venezolanos. Lástima que la bancada del oficialismo, una vez más decidió dar la espalda a los venezolanos, y prefirió abandonar el hemiciclo para no escuchar las verdades que desesperadamente tratan de ocultar. Una demostración más de la cobardía que los lleva a encerrarse, porque no son capaces de darle la cara al pueblo que los eligió y que sufre como todos los venezolanos.
El miércoles 26 de octubre, una vez más los venezolanos nos movilizamos en todo el país y en al menos 16 estados la respuesta del régimen dejó heridos y detenidos. El balance habla 263 detenidos y 80 heridos, entre ellos nuestro compañero Junio Ayala de Barinas y la señora Laura Lara, que fue víctima de una brutal agresión por parte de efectivos policiales de Aragua, tal como lo demuestran imágenes que han dado la vuelta al mundo.
Esta es otra demostración del abandono de Maduro a sus responsabilidades, lo que nos ha llevado a convocarlo para que comparezca ante la Asamblea Nacional el día martes 1 de noviembre.
Ante la presión del pueblo en la calle, ante su evidente fracaso Maduro recurre quiere nuevamente manipular anunciando un ajuste salarial que sólo se traducirá en más inflación y en la cada vez mayor imposibilidad de nuestro pueblo de ver satisfechas sus necesidades básicas.
El gobierno no ha entendido que los venezolanos no tenemos miedo, que haremos respetar nuestros derechos y recuperaremos nuestro país. ¡Aquí nadie se rinde! Por eso terminamos la semana con 12 horas de huelga cívica que dejó solas nuestras calles.
No descansaremos hasta que se logre la restitución del hilo constitucional y de la democracia y por eso, paralelamente a las acciones emprendidas por la Asamblea Nacional, a la presión cívica y a las acciones de calle, se siguen haciendo esfuerzos, con la ayuda de la Iglesia Católica, para que el Gobierno retome el camino constitucional.
Hemos dado un plazo al gobierno para que rectifique, si no lo hace el jueves 3 de octubre iremos a Miraflores. El Gobierno tiene que saber que los venezolanos estamos resteados, pero ante cada acción buscará confundir y dividir con sus mentiras de siempre. Por eso en estos momentos la calma y la razón son los mejores consejeros.
El país no puede seguir en manos de quienes nos gobiernan porque cada día lo hunden más, la enorme mayoría de los venezolanos quiere cambio y la única manera de conseguirlo es que estenos unidos dentro del marco de la Constitución. Este pueblo decidió cambiar y nuestra lucha es hasta que se cumpla la Constitución.