
Se aferran al poder a costa del pueblo y pasando por encima de la Constitución. No sienten el más mínimo remordimiento por la penuria de 9,6 millones de personas que comen menos de 2 veces al día; no se sienten responsables por los más de 28 mil venezolanos que murieron en 2016 víctimas de la violencia; no se sienten aludidos ante ese alarmante 81 por ciento de pobreza y parece no importarles que 51,5 por ciento de los hogares en nuestra Venezuela se encuentre en pobreza extrema.
75 por ciento de la fuerza laboral gana salario mínimo en un país donde se necesitan más de 20 salarios mínimos para adquirir la canasta básica familiar, que en el mes de enero se ubicó en 832 mil 260 bolívares.
¡Crisis! Esa es la palabra que mejor describe a este grupo que se mantiene en el poder negando a los venezolanos su derecho a elegir, mientras 30 millones gritan ¡ELECCIONES YA!
A quienes nos hundieron en este desastre político, económico y social, y hasta rompieron el orden constitucional, los cambiaremos con nuestros votos. Por eso seguimos trabajando por la unión y reconciliación de los venezolanos y nos esforzamos para brindarle apoyo y oportunidades a este pueblo que decidió cambiar.
No podemos dejarnos vencer por la desesperanza y debemos continuar trabajando para que nuestras comunidades hagan frente a la crisis. Mientras el gobierno se queda girando en torno al cuento de la guerra económica, achacando a terceros el cierre de empresas y la pérdida de la capacidad de producción, el pueblo de Miranda sigue demostrando que con voluntad no hay obstáculo que no pueda superarse. Basta acercarse al sector El Ingenio, en Guatire, y ver la Granja de Cachamas que acaba de entregar el Gobierno de Miranda, para ver lo que se puede hacer cuando hay compromiso y ganas.
Tenemos que estar conscientes de la importancia de la unión en esta lucha por la democracia. Tenemos que continuar luchando con convicción por un país de oportunidades.
Tenemos un compromiso con nuestros niños, con nuestros jóvenes, con las generaciones que se vienen levantando. Por ellos siempre valdrá la pena luchar y por eso no permitiremos que nada les robe sus sueños y sus metas. ¡Venezuela es futuro!
Que logremos esa Venezuela que soñamos depende de que sigamos organizándonos en nuestras comunidades, haciendo nuestro trabajo desde cada espacio conquistado. Nuestro país bien vale la pena. Que Dios bendiga a nuestra Venezuela y nos de la fuerza para mantenernos unidos en esta lucha.