Nada detiene este pueblo ejemplar

20170506fotoadeLos venezolanos tenemos 38 días continuos manifestando en la calle nuestro repudio al golpe de Estado perpetrado por el peor gobierno de nuestra historia, que tiene a los venezolanos sumidos en la peor crisis social y económica que jamás hayamos vivido.

Tras estos 38 días de represión contra un pueblo que exige libertad y lucha por recuperar el hilo constitucional, hemos perdido a 37 venezolanos, han resultado heridos 717 y al menos 1976 han sido detenidos. Y cada uno de estos días, al igual que los 18 años anteriores, lo que hemos visto es un gobierno de espaldas al pueblo, inconmovible, incapaz de reflexionar, que en cada discurso y con cada acción lo que suelta es odio.

Mientras hablan de paz, de amor y vida, venezolanos mueren, son heridos o ilegalmente apresados por defender sus convicciones. Mientras hablan de democracia secuestran el derecho de todo un pueblo a elegir, mientras hablan de defender la Constitución la pisotean. Y todo esto por su insaciable ambición, por sus deseos de perpetuarse en el poder. Bien decía nuestro Libertador, Simón Bolívar: «Es una manía miserable el querer mandar a todo trance».

Pero a este gobierno le queda poco tiempo. La furia con la que agreden a nuestro pueblo, no demuestra más que el pánico de quien se siente acorralado. El terror que tratan de imponer es un reflejo del que ellos mismos sienten. Su cobardía les impide dar la cara. La amenaza y el miedo que quieren sembrar se ha convertido en un bumerán y se ha transformado en una fuerza indetenible para salir adelante, para seguir luchando y defendiendo nuestro país.

Hemos visto también cómo han ido aumentando los ataques hacia los representantes de los medios de comunicación. Agreden y humillan a la prensa porque necesitan ocultar la verdad sobre su política corrupta y opresora. El pasado 3 de mayo, día en que se conmemoraba la libertad de prensa, se vivió la mayor persecución y censura a quienes tienen como labor informarnos.

Hemos visto cómo grupos paramilitares acompañados de los organismos de seguridad atacan a periodistas. Son 200 los trabajadores de la prensa agredidos las últimas semanas; por eso, exigimos a la Fiscalía que active todos los mecanismos para que esto no siga sucediendo en nuestra Venezuela.

En nuestro país se dio un golpe de estado, no se respeta la Constitución, no se convocan elecciones, tenemos presos políticos, no se respeta la vida. Por eso seguimos en la calle. Este sábado, en toda Venezuela, salimos las mujeres en defensa de nuestros niños, de nuestros jóvenes, de nuestras familias. Salimos portando como arma el amor por nuestra Venezuela, el deseo de que las nuevas generaciones puedan tener un futuro de oportunidades. La respuesta fue la acostumbrada: permanecer ocultos detrás de las barricadas militares y policiales.

Pero los venezolanos ya no tenemos nada que perder. Estamos en las calles defendiendo nuestros derechos. Esta lucha, que apenas comienza, terminará con la gloria de ver a Venezuela como un país libre, donde se respete a cada uno de sus ciudadanos.

Este bravo pueblo está dando una demostración ejemplar para rescatar la democracia. ¡Sigamos adelante, unidos cambiaremos a Venezuela!

Ante cada obstáculo más organización

ADEcabildo1La crisis en nuestro país se profundiza cada día, y mientras caemos por el barranco el gobierno mira impávido y hasta toma decisiones que lejos de detener la caída la precipitan.

Todo parece indicar que el Gobierno se ha estado dejando guiar por Maquiavelo quien, en El Príncipe, afirmaba que “…en verdad, no hay otro medio más seguro de posesión que la ruina” y que “… el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla”.

Es eso precisamente lo que están haciendo Maduro y sus combo con nuestra Venezuela, destruirla. Y para lograrlo no cesan de inventar triquiñuelas, de ignorar leyes e interpretar a su antojo el texto constitucional.

Se escudan en un Tribunal Supremo de Justicia que se empeña en legalizar la trampa y taparear los desmanes de un Gobierno que ha saqueado a nuestra Venezuela, mientras, a la par, se las ingenian para “inconstitucionalizar” textos fundamentales de nuestra Carta Magna, esa que ellos mismos refrendaron en 1999.

Definitivamente la discrecionalidad de este Gobierno no tiene nombre.  Son capaces de pasar por encima hasta de los derechos de nuestros abuelos, obstaculizando la Ley del Bono de Alimentación y Medicinas, que aprobamos recientemente en la Asamblea Nacional. También se oponen a que los venezolanos que han recibido viviendas de programas del Gobierno, hagan valer su derecho a la propiedad. Y es que para ellos, lo que es bueno para el pavo no necesariamente es bueno para la pava, y mientras ellos acumulan propiedades pretenden que el pueblo viva prestado, dependiendo de los “favores” del gobierno.

Este Gobierno quiere mantenerse atornillado a costa del chantaje, la manipulación y el abuso de poder. Y qué más abuso de poder que quitarle potestades a la Asamblea Nacional. Qué mayor abuso de poder que cambiar las reglas del juego con el partido comenzado, como pretende hacer el CNE, agregando requisitos cada vez que la Unidad exige le sean entregadas las planillas para recoger el 1% de las firmas para solicitar la activación del Referendo.

Siguiendo órdenes emanadas de Miraflores, el TSJ pretende hacer de la Asamblea Nacional, elegida por la mayoría de los venezolanos y que acaba de cumplir 100 días de su instalación, un órgano decorativo. Pero nuestro pueblo y el mundo saben que la mayoría parlamentaria de la Unidad sí está comprometida con el progreso y el futuro de nuestra Venezuela y continuará batallando, por mandato popular, por crear el marco que permita el desarrollo de nuestro país.

Si usaran la creatividad que tienen para torcer la voluntad del pueblo y brincarse las leyes, para resolver los problemas que nos afectan a los venezolanos, seríamos una potencia mundial. Pero Maduro es el mayor productor de obstáculos de la historia y la única forma de quitar el tapón que mantiene contenido el progreso de nuestra Venezuela es cambiar el Gobierno.

Prefieren destruir al país antes que perder sus privilegios y soltar el poder. Ellos seguirán buscando cómo mantenerse atornillados, pero nosotros, los venezolanos, hemos demostrado de sobra que no hay poder que pueda con la voluntad del pueblo organizado.

En sólo un fin de semana 2 millones de personas nos manifestaron su voluntad de firmar por el Revocatorio  y es precisamente a eso a lo que le tienen miedo. Es precisamente por eso que el CNE sigue dando vueltas para entregar las planillas. Es precisamente por eso, y no para ahorrar electricidad, que Maduro aprovechó el 19 de abril para decretar no laborable el 18 y así ganar tiempo. Pero se les acabarán las excusas y mientras más demoren en entregarnos el formato de las planillas, más rápido recogeremos las firmas. Responderemos a los obstáculos con  más organización. El Revocatorio es un clamor popular que crece a diario en nuestras comunidades en toda nuestra Venezuela.

Este gobierno quiere burlarse de los venezolanos pero se equivoca si cree que nuestro pueblo se va la va a calar. No se confundan. Nuestro pueblo está cansado de los constantes abusos, de las dilaciones, del mal uso de los recursos, de la escasez, de lo golpeado que está su bolsillo, de la violencia que cada día enluta nuestras familias. Pero nuestro pueblo sabe que la vía para salir de este Gobierno y de la crisis en la que nos ha hundido es el voto.

Nuestro pueblo, a pesar de las provocaciones que recibe a diario en cada cadena de televisión, en cada cola y con cada quincena, quiere salir de este gobierno de forma pacífica, constitucional, electoral y democrática.

Por eso realizamos un Gran Cabildo Abierto para exigir a Tibisay Lucena que demuestre respeto al pueblo venezolano y entregue las planillas.

Los venezolanos clamamos cambio para nuestro país a través del Revocatorio y con organización y en unidad lo vamos a lograr. ¡Unidos sacaremos a nuestra Venezuela adelante! ¡El cambio va!

Unión y cambio para Venezuela

20140322Definitivamente los colores políticos no son una defensa para nadie, cuando se trata de hacer frente a los problemas que vivimos los venezolanos: la escasez, el costo de la vida, la inseguridad,  la delincuencia y el irrespeto a la Constitución y las leyes. ¿Acaso el pueblo oficialista tiene acceso a las medicinas, a los productos básicos que se encuentran desaparecidos de los anaqueles?, ¿Acaso las madres que creen en el gobierno actual no lloran a sus hijos caídos víctimas de la violencia? ¿Acaso el pueblo oficialista puede levantar su voz contra las políticas del gobierno y ser escuchado?

Es por eso que tenemos que continuar avanzando en la consolidación de una mayoría que se una en torno a la exigencia de soluciones a sus problemas y no en torno a ideologías y colores políticos. Luego de 15 años ha quedado claramente demostrado que con el color de una  cachucha no se compra harina, ni leche, ni medicinas, ni se logra atención oportuna y de calidad en un hospital.

Obviamente, la censura de los medios a quienes estamos exigiendo justicia, paz y progreso, hace más dura la lucha que estamos dando por consolidar esa mayoría. Pero este obstáculo, así como las agresiones, las detenciones y amenazas, lejos de intimidarnos y alejarnos de nuestro objetivo, nos dan la fuerza para continuar acercándonos al pueblo que necesita quien lo escuche y lo apoye.

Los venezolanos estamos cansados de enfrentamientos, estamos cansados de ver familias divididas. Estamos cansados de burlas y de insultos. La invitación es a construir, a continuar ofreciendo nuestro punto de vista, no a quienes piensan como nosotros, sino a quienes piensan distinto. La invitación es a escuchar, a orientar y a organizarse.

Sobran las razones para reclamar, pero debemos hacer una protesta con contenido. No se trata de una lucha entre chavismo y oposición, es una lucha de un pueblo que está descontento con la crisis económica, la inseguridad y la impunidad, frente a un gobierno que no busca soluciones a los problemas, sino a quién hacer responsable.

Cuando se trabaja para todos, con inclusión, se logra respeto, se logra la suma de voluntades. Así es como trabajamos en Baruta, al frente de la alcaldía. Así es como trabajamos en el Gobierno de Miranda y es eso lo que queremos para nuestra Venezuela.

El mensaje de unión y cambio tiene un enorme poder político. Sin ir muy lejos eso es lo que ha permitido que en las recientes protestas estudiantiles sectores descontentos afectos al gobierno se hayan identificado con los estudiantes. Eso es lo que se evidenció cuando en las elecciones primarias en el año 2012 las primeras opciones de los electores fueron las que basaron su discurso en la inclusión y la unión. Eso es lo que permitió que el 14 de abril la unidad captara cerca de un millón de votos de oficialistas descontentos.

Los problemas del país, lejos de mejorar, se agravan cada día más y en esa medida, cada día serán más los venezolanos que buscarán expresar su descontento y estarán dispuestos a escuchar a quien le ofrezca una opción y a organizarse para luchar por sus derechos.