La crisis en nuestro país se profundiza cada día, y mientras caemos por el barranco el gobierno mira impávido y hasta toma decisiones que lejos de detener la caída la precipitan.
Todo parece indicar que el Gobierno se ha estado dejando guiar por Maquiavelo quien, en El Príncipe, afirmaba que “…en verdad, no hay otro medio más seguro de posesión que la ruina” y que “… el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla”.
Es eso precisamente lo que están haciendo Maduro y sus combo con nuestra Venezuela, destruirla. Y para lograrlo no cesan de inventar triquiñuelas, de ignorar leyes e interpretar a su antojo el texto constitucional.
Se escudan en un Tribunal Supremo de Justicia que se empeña en legalizar la trampa y taparear los desmanes de un Gobierno que ha saqueado a nuestra Venezuela, mientras, a la par, se las ingenian para “inconstitucionalizar” textos fundamentales de nuestra Carta Magna, esa que ellos mismos refrendaron en 1999.
Definitivamente la discrecionalidad de este Gobierno no tiene nombre. Son capaces de pasar por encima hasta de los derechos de nuestros abuelos, obstaculizando la Ley del Bono de Alimentación y Medicinas, que aprobamos recientemente en la Asamblea Nacional. También se oponen a que los venezolanos que han recibido viviendas de programas del Gobierno, hagan valer su derecho a la propiedad. Y es que para ellos, lo que es bueno para el pavo no necesariamente es bueno para la pava, y mientras ellos acumulan propiedades pretenden que el pueblo viva prestado, dependiendo de los “favores” del gobierno.
Este Gobierno quiere mantenerse atornillado a costa del chantaje, la manipulación y el abuso de poder. Y qué más abuso de poder que quitarle potestades a la Asamblea Nacional. Qué mayor abuso de poder que cambiar las reglas del juego con el partido comenzado, como pretende hacer el CNE, agregando requisitos cada vez que la Unidad exige le sean entregadas las planillas para recoger el 1% de las firmas para solicitar la activación del Referendo.
Siguiendo órdenes emanadas de Miraflores, el TSJ pretende hacer de la Asamblea Nacional, elegida por la mayoría de los venezolanos y que acaba de cumplir 100 días de su instalación, un órgano decorativo. Pero nuestro pueblo y el mundo saben que la mayoría parlamentaria de la Unidad sí está comprometida con el progreso y el futuro de nuestra Venezuela y continuará batallando, por mandato popular, por crear el marco que permita el desarrollo de nuestro país.
Si usaran la creatividad que tienen para torcer la voluntad del pueblo y brincarse las leyes, para resolver los problemas que nos afectan a los venezolanos, seríamos una potencia mundial. Pero Maduro es el mayor productor de obstáculos de la historia y la única forma de quitar el tapón que mantiene contenido el progreso de nuestra Venezuela es cambiar el Gobierno.
Prefieren destruir al país antes que perder sus privilegios y soltar el poder. Ellos seguirán buscando cómo mantenerse atornillados, pero nosotros, los venezolanos, hemos demostrado de sobra que no hay poder que pueda con la voluntad del pueblo organizado.
En sólo un fin de semana 2 millones de personas nos manifestaron su voluntad de firmar por el Revocatorio y es precisamente a eso a lo que le tienen miedo. Es precisamente por eso que el CNE sigue dando vueltas para entregar las planillas. Es precisamente por eso, y no para ahorrar electricidad, que Maduro aprovechó el 19 de abril para decretar no laborable el 18 y así ganar tiempo. Pero se les acabarán las excusas y mientras más demoren en entregarnos el formato de las planillas, más rápido recogeremos las firmas. Responderemos a los obstáculos con más organización. El Revocatorio es un clamor popular que crece a diario en nuestras comunidades en toda nuestra Venezuela.
Este gobierno quiere burlarse de los venezolanos pero se equivoca si cree que nuestro pueblo se va la va a calar. No se confundan. Nuestro pueblo está cansado de los constantes abusos, de las dilaciones, del mal uso de los recursos, de la escasez, de lo golpeado que está su bolsillo, de la violencia que cada día enluta nuestras familias. Pero nuestro pueblo sabe que la vía para salir de este Gobierno y de la crisis en la que nos ha hundido es el voto.
Nuestro pueblo, a pesar de las provocaciones que recibe a diario en cada cadena de televisión, en cada cola y con cada quincena, quiere salir de este gobierno de forma pacífica, constitucional, electoral y democrática.
Por eso realizamos un Gran Cabildo Abierto para exigir a Tibisay Lucena que demuestre respeto al pueblo venezolano y entregue las planillas.
Los venezolanos clamamos cambio para nuestro país a través del Revocatorio y con organización y en unidad lo vamos a lograr. ¡Unidos sacaremos a nuestra Venezuela adelante! ¡El cambio va!