Esta semana, refiriéndose a las lluvias que han azotado a nuestra Venezuela, Maduro
mostró una vez más su desprecio hacia nuestro noble pueblo. Lejos de expresar solidaridad hacia los afectados y hacia los familiares de las víctimas, tuvo la desfachatez de minimizar la magnitud de lo que ocurre aclarando que tampoco es que ha ocurrido un huracán y hasta pidió que se alegraran por la llegada de las lluvias. Qué crueldad.
Creo que al señor Maduro no le termina de caer la locha: nuestro pueblo ya tiene rato viviendo una crisis humanitaria de dimensiones similares a las que deja un desastre natural. La diferencia es que esta no obedece a un huracán sino a la combinación de la acción y la inacción de un gobierno nefasto. Esta crisis que toca cada aspecto de la vida de nuestro pueblo, que lo tiene pasando hambre, muriendo de mengua y azotado por la violencia, es producto de 17 años de desgobierno, desidia, irresponsabilidad y codicia.
Este gobierno cada día sorprende con nuevas formas de burlarse de nuestro pueblo, de las leyes, de la Constitución y hasta de los organismos internacionales. Basta que una decisión les sea desfavorable para que griten a los cuatro vientos que son víctimas de un atropello, de una guerra imperialista o de un golpe de estado.
Un gobierno que viola los derechos humanos de sus ciudadanos al obstaculizar por diversas vías su acceso a alimentos, medicinas y atención, un gobierno que pasa por encima de la decisión del pueblo, un presidente que habla de salsa mientras tiene a su pueblo en salsa; un gobierno que niega al pueblo su derecho a elegir a través del revocatorio porque se sabe perdido. Ese es el gobierno que denuncia un golpe por la decisión de los países miembros de Unasur hacia quien inclumple sus compromisos.
Golpe es lo que le dan cada día a los venezolanos; golpe es el que perpetran a través de los tribunales, y del CNE; golpe es el que asestan a través de las OLP, que por donde pasan siembran terror y muerte, como ocurrió en Barlovento. Estos como estos deben ser investigados a fondo y así lo exigimos desde la Asamblea Nacional.
Esta crisis es tu culpa Nicolás. Los venezolanos merecemos vivir bien, estamos cansados de este modo de sobrevivencia al que nos tienes sometidos. Queremos un cambio y seguimos luchando para conseguirlo.
Desde la Asamblea Nacional seguimos trabajando por nuestro pueblo, cuya voz, que clama respeto a sus derechos, representamos.
Decretaste una navidad feliz, pero lo que haces a diario es robarte la felicidad de nuestra gente. En una año nuestra hallaca subió 1.276 %. Eso también nos lo robaste. ¿Y los aguinaldos? Este año solo alcanzaron para comprar algo de comida.
La inmensa mayoría de los venezolanos clama por un cambio pacífico, electoral, constitucional y democrático. Por eso estamos llamados a continuar movilizados exigiendo elecciones, que son un derecho y el camino constitucional para salir de la crisis.
Unidos los venezolanos vamos a superar esta pesadilla. No permitamos que nos roben la esperanza. ¡Arriba Miranda y arriba Venezuela!