¿Quién en Venezuela no ha sufrido en carne propia la crisis que vive la salud en nuestro país? ¿Quién no ha pasado la angustia de esperar horas, y hasta días, para recibir atención médica para sí mismo o algún ser querido?, ¿Quién no ha tenido que recurrir al boca en boca y a las redes sociales buscando alguna medicina, desde las más comunes para atacar un dolor de cabeza, hasta las más especializadas, indicadas para pacientes con enfermedades graves? ¿Quién no ha tenido que buscar medicinas u otros insumos médicos, para un familiar hospitalizado, porque en la clínica o en el hospital no lo tienen?
Todos hemos sentido impotencia y frustración cuando nos ha tocado ser protagonistas o testigos del gran deterioro del sistema de salud pública nacional, y lo que no podemos permitirnos como ciudadanos, es limitarnos a observar y quedarnos en el lamento. Tenemos que pasar del malestar y la queja a la organización, la denuncia y la acción. Porque una denuncia aislada nunca tendrá el poder que alcanza el pueblo organizado luchando por sus derechos.
El estado venezolano está en la obligación de garantizar el acceso a la salud, como lo consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el artículo 83: “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República”.
Lamentablemente los anuncios de millonarios desembolsos por parte del gobierno central para los hospitales no se ejecutan o se desvían en el camino, a juzgar por la crisis sostenida y cada vez más grave del sector. Los venezolanos hemos perdido la cuenta de los acuerdos firmados con otros países para adquisición y mantenimiento de equipos, pero las clínicas privadas colapsan porque en los hospitales los equipos no funcionan y los pacientes deben acudir al sistema privado para realizarse exámenes y buscar atención.
Debemos impedir que los venezolanos se vean abandonados a merced de una condición o enfermedad, debemos convertirnos en protagonistas de un cambio que haga suya la consigna “salud para todos”. Para ello tenemos que lograr, además, que nuestro pueblo conozca lo que se puede hacer en salud, aunque escaseen los recursos y sobren los obstáculos. Nuestra Red de Salud Francisco de Miranda es un ejemplo que conoce nuestro pueblo mirandino y que es posible gracias a la voluntad y la eficiencia en el manejo de recursos.
Lo que hemos logrado en Miranda en materia de salud demuestra que sí es posible generar y dispensar servicios de atención médica con y para el pueblo, sin que se tenga que invertir el patrimonio familiar. Creemos que los venezolanos tienen derecho a recibir atención médica oportuna, sin discriminaciones, gratuita, donde el centro sea el ciudadano.
La Red de Salud Francisco de Miranda es un sistema novedoso, creado para proveer a los mirandinos de atención médica oportuna y de calidad. Surgió como una alternativa a los modelos de salud pública existentes, y como manera de garantizar atención a los mirandinos, cuando el gobierno central transfirió al Ministerio de Salud todo el sistema formal de hospitales y ambulatorios ubicados en Miranda. Hasta ahora, desde su creación, hemos atendido más de 7 millones de pacientes en nuestros 72 centros de salud, que incluyen 59 Casas Amigas de la Salud, 6 Puestos de Pronto Socorro, con atención de emergencia las 24 horas, 3 Puestos de Pronto Socorro Móvil y 4 Centros de Especialidades Médico Odontológica. Además, aunque no escapamos de la escasez de medicamentos e insumos, hacemos importantes esfuerzos para facilitar los tratamientos a nuestros pacientes y continuar garantizando intervenciones y estudios especiales a nuestro pueblo más necesitado a través del Fondo Quirúrgico Mirandino, gracias a un esfuerzo conjunto con clínicas privadas.
No nos cansamos de decirlo: los obstáculos lejos de amilanarnos nos motivan y en el caso de la salud nos llevaron a crear la mejor red de salud pública que hay en el país. Esa es la reflexión que siempre llevamos a nuestras comunidades. Y qué mejor lucha pueden asumir nuestras organizaciones familiares y comunitarias, que la defensa del derecho a la salud.