
Hoy recordé una historia mirandina. Una historia que hace que el alma se me llene y en la cara se me encienda una sonrisa entre conmovida y orgullosa: cuando nació nuestra primera personita en un puesto de Pronto Socorro.
Les cuento…Martha Galindo, comenzó a tener contracciones en uno de esos días en el que las vías no son las mejores: caía un palo de agua en la carretera de Tacarigüita y para llegar al hospital, ella tenía que recorrer un buen trecho.
Llegó al hospital de Higuerote y se encontró con la mala noticia de que no había luz y no podían atender su parto. Martha contó que uno de los vigilantes le dijo que se fuera «al puesto de Pronto Socorro de la gobernación» para que la ayudaran. Ahí había luz y la atendieron en el trabajo de parto de su -y en parte nuestra- pequeña Socorrito.
«Gracias a la buena atención que recibí por parte de los médicos decidí llamarla Socorrito, en honor a el único sitio que me abrió las puertas en medio de tan difícil situación», le dijo Martha en alguna ocasión a nuestro equipo.

¿Pueden imaginar lo lindo que es que a la pequeña le digan Socorrito por el agradecimiento de su madre?… Los agradecidos somos nosotros. En la Gobernación de Miranda nos sentimos felices por la confianza que depositan los mirandinos en nuestro trabajo, desde los cargos administrativos hasta los más operativos, trabajamos cada día por hacerlo mejor, por ayudar a alguien, por recopilar historias maravillosas como esta…¿Cómo no hacerlo cuando la recompensa es tan maravillosa?
El compromiso continúa, por Miranda y por Venezuela. Sí, hay un camino y en Miranda lo encontramos.
Adriana.