Cuando eres madre, no hay absolutamente nada que pueda preocuparte tanto como un hijo sin comer. Ese sentimiento se hace extensivo cuando te encuentras a personas en situación de pobreza extrema.
En nuestro trabajo como equipo de la Gobernación de Miranda, hemos visto de cerca la pobreza extrema y vivido la satisfacción de poder ayudar a las personas, servir al Estado y por lo tanto al país. Sin duda ese lazo se fortalece cada día más y se traduce en nuestro compromiso de avanzar hasta lograr un Miranda donde el hambre quede en cero.
Hasta ahora, hemos atendido a 53 mil mirandinos en situación de pobreza extrema, lo que se resume en que, poco a poco, han cambiado su realidad productiva. Todavía queda camino por recorrer, pero el cambio es indetenible. Según las estadísticas, tenemos alrededor de 125 mil personas que sufren el hambre como problema y seguimos trabajando a pesar de que el gobierno nacional sigue adeudando recursos a nuestra entidad.
Hambre Cero, es una iniciativa integral de la Gobernación de Miranda que no sólo se ocupa del área alimentaria, también atiende necesidades de salud, educación, vivienda y empleo. En Miranda, hemos entregado tanques de agua, enseres, hemos hecho seguimiento a 668 casos en situación de desnutrición, incorporamos a casi 1000 niños en el sistema escolar y dictamos capacitación a adultos en edad laboral a más de 2 mil 200 personas.

En nuestro Estado, los mayores índices de pobreza extrema se encuentran en Barlovento, seguido por Valles del Tuy. En todo el estado hemos ayudado a 9000 hogares, y como los números suelen ser bastante gráficos, lo expondré de la siguiente forma, las familias beneficiadas son: 4 mil 234 en Barlovento, 2 mil 301 en Valles del Tuy, un mil 201 Altos Mirandinos, 572 del municipio Sucre, 478 de la región Guarenas- Guatire y 256 de la Zona Metropolitana.
Pero más allá de las cifras siempre recordamos que se trata de personas que están viviendo un cambio verdadero en su día a día. Recordar esto encontramos el impulso para seguir trabajando, sobre todo en las comunidades que más lo necesitan. Repito, queda camino por andar pero…no saben cuanta fuerza y voluntad queda para repartir, el cambio llegó y beneficia sin distingo y estoy orgullosa de formar parte del equipo que lo hace posible.